Lo cierto, es que no tiene por qué.

Aunque es una creencia bastante común. Supongo que basada en las técnicas que se usaban hace tiempo, que solían ser dolorosas, pero no por ello más eficaces.

Sin embargo, los tratamientos indoloros son mucho mejor tolerados por los pacientes.

En técnicas tan eficaces como la terapia craneosacra o la terapia fascial, en las que no aparece dolor durante el tratamiento, ni después del mismo, se minimiza el tiempo de recuperación tras la sesión, permitiendo al paciente incorporarse al trabajo o a la actividad deportiva lo antes posible, debido a que se encuentra mejor de manera inmediata.

Este tipo de tratamientos ayudan a que pacientes con miedo al daño que les pueda provocar el fisio, o que teman encontrarse mal tras la sesión y no poder rendir al 100%, puedan venir con total tranquilidad y con la confianza de que se recuperarán sin sufrir dolor.

Así que ya puedes olvidarte del “si no duele no cura” y estar segura de que no tienes por qué sufrir para encontrarte mejor.

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